Corazones de Jesús y María
Visita en sus hogares de los cuadros peregrinos de los Corazones de Jesús y María.
En su bendición se oró para que su visita sea un tiempo de gracia, conversión personal para cada uno de ustedes y toda su familia.
QUE SU PRESENCIA DERRAME GRACIAS DE:
– Paz, amor, servicio, entrega, abnegación y gozo en todos los miembros de la familia.
– Conversión auténtica y reconciliación con Dios.
– Sanación de los corazones y de las relaciones entre los miembros de la familia.
– Liberación de todo lo que se opone al amor de Dios y al amor al prójimo.
– Purificación en las áreas que han sido afectadas por el demonio, el mundo y la carne: protección de todo mal espiritual y físico.
– Unidad, que desarrollen la oración familiar, el compartir y la comunicación de corazón.
– Santificación y desarrollo de las virtudes de la humildad, mansedumbre, paciencia, obediencia, aceptación gozosa de la voluntad de Dios.
SU ESTADÍA ENTRE USTEDES PROMUEVE:
– La escucha y meditación de la Palabra de Dios que revela todo el Amor divino y da la fuerza de vivirla.
– Una vida profunda de Oración familiar y personal continua.
– Las relaciones de amor incondicional entre ustedes: unidad, fidelidad, perdón y servicio, con el desarrollo del espíritu de sacrificio y abnegación (=preferir la felicidad del otro a la suya).
– Amor y fidelidad a la Iglesia y a su Magisterio, con estudio regular del Catecismo de la Iglesia.
– Una intensa vida sacramental: Confesión mensual y Comunión eucarística frecuente.
– Un profundo amor al Corazón Eucarístico de Jesús, que les lleve a la adoración del Santísimo Sacramento.
– El deseo de crecer en un estilo de vida de reparación y consolación a los Dos Corazones por los pecados cometidos.
– Una profunda devoción a la Santísima Virgen, permitiéndole ejercer en sus vidas la misión de Madre y Reina, viviendo unidos a ella, trabajando por ella, invocándola y adorando a Dios con ella.
– El rezo diario del Santo Rosario y, por lo menos, una decena en familia o un rosario a la semana.
– Práctica de obras de misericordia, tanto espirituales como corporales con todos los que el Señor presente en sus vidas.
– Una auténtica devoción y el reinado de los Dos Corazones en cada uno y en toda la familia, que sea honrado hasta siempre como el verdadero dueño de la casa, y que esta sea un « templo domestico » de oración (Mt 21,13).
INSTRUCCIONES PRÁCTICAS PARA LA SEMANA DE VISITA DE LOS CUADROS:
1. Rezar diariamente el Santo Rosario ante los cuadros pidiendo:
– Que todos los frutos mencionados se den en su familia y en cada uno.
– Por el triunfo de los Dos Corazones en toda la humanidad.
– Por las intenciones de la Iglesia universal y local (todos nosotros) y del Papa.
– Para que muchos regresen al Corazón de Cristo.
– Por las intenciones de su familia y sus seres queridos.
2. Hacer un sacrificio particular (ayuno, dejar de comer algo que les gusta, no ver TV, facebook, etc…)
– Por la conversión de los que están en pecado mortal sin reconocerlo y sin confesarlo.
– Por los que no han acogido el Amor de Dios y su Verdad.
Que los hogares visitados por los cuadros peregrinos queden consagrados a los Corazones de Jesús y María, y sean sellados para el Reino de Dios ya en este mundo (Lc 17,21)!
San Juan Pablo II, 23 11 1987: « Es muy apropiado en estos tiempos, buscar una mayor profundización y conciencia de la íntima relación que existe entre los dos Corazones y el valor que tiene para nuestros días, una auténtica devoción y consagración a los Corazones de Jesús y María.”
ORACIÓN
Oh Sagrado Corazón de Jesús, has amado a la humanidad hasta el extremo (Jn 13,1), sin escatimar en nada por salvarnos y darnos tu amor, tu vida, tu gracia y tu verdad.
Has amado a la humanidad hasta el punto de dejarte traspasar (Jn 19,34), y así convertirte en la fuente abierta de donde manan, abundantemente, las gracias de salvación y de conversión, con la Sangre y el Agua que purifican, transforman, vivifican y liberan nuestros corazones.
Es tu Corazón traspasado la puerta abierta (Jn 10,7) y estrecha (Mt 7,13) por la que debemos entrar para participar de la vida del Reino de los Cielos.
Es en la escuela de tu Corazón traspasado que aprendemos las virtudes de la humildad y la mansedumbre (Mt 11,29), la obediencia y la abnegación. Es en tu Corazón que encontramos la plenitud del Amor y de la Paz.
A tu Corazón, Oh Jesús, deseamos consagrarnos hoy. Queremos adentrarnos en tu Corazón para que, guardados dentro de él, seamos protegidos de los enemigos de nuestras almas: los demonios, el espíritu del mundo, y nuestras propias pasiones. Protégenos de todo error, confusión, inquietud, frialdad, egoísmo e indiferencia.
Que dentro de tu Corazón adquiramos las virtudes que necesitamos, la luz para dirigir nuestros pasos y la fortaleza para ser fieles a todos tus designios.
Que tu Corazón, Jesús, sea nuestro único tesoro y herencia. Que las gracias de Misericordia incondicional, conversión continua y Paz que fluyen de tu Corazón lleguen a cada uno de nosotros, transformándonos y dándonos un nuevo corazón semejante al tuyo.
Que movidos por el amor de tu Corazón nos convirtamos en canales de gracia para un mundo tan necesitado de Amor, de Verdad y de Luz. Que por esta consagración a tu Corazón, cooperemos fielmente à tu construcción de la civilización del Amor en el mundo entero.
Oh Corazón Inmaculado de María, por tu perfecta comunión de Amor con el Corazón de Jesús, eres la escuela viviente de total consagración y dedicación a Su Corazón.
En tu Corazón, Oh Madre, queremos vivir para aprender a amar, sin divisiones, al Corazón de Jesús; a obedecerle con diligencia y exactitud; servirle con generosidad y a cooperar activa y responsablemente en los designios de Su Corazón.
Deseamos consagrarnos totalmente a tu Corazón Inmaculado (Ct 4,7; 5,2) y Doloroso (Lc 2,35) que es el camino perfecto y seguro de llegar al Corazón de Jesús.
Tu Corazón es refugio seguro de gracia y santidad, donde nos vamos liberando y sanando de todas nuestras miserias y oscuridades.
Deseamos pertenecer a tu Corazón, Oh Reina, sin reservas y en total disponibilidad de amor a la voluntad de Dios, que se nos manifestará a través de tu mediación maternal, participando a la única mediación de tu Hijo divino (Jn 2,5; 1Tm 2,5).
En virtud de esta consagración, Oh Virgen (Is 7,14; Lc 1,34) Santa, que aplastaste la serpiente (Gn 3,15), pedimos que nos guardes y protejas de todo peligro espiritual y físico.
Qué nuestros corazones ardan con el fuego del Espíritu como arde tu Corazón.
Qué unidos a ti, que eres la portadora por excelencia de Cristo para el mundo, y ungidos por el poder del Espíritu Santo, seamos instrumentos para dar a un mundo tan árido y frío, el Amor, la Paz y la Alegría del Corazón de Jesús.
¡Oh Corazones de Jesús y de María, Esperanza de la humanidad, se han entregado a la obra de la salvación del mundo. A través de esta consagración deseamos participar, desde nuestra pequeñez, en los designios de Misericordia que los dos Corazones están manifestando para todos.
Deseamos ofrecer nuestras vidas en amor y reparación a sus Corazones.
Deseamos con todo nuestro ser acoger y difundir en todos los corazones, el reinado de Amor de los Corazones de Jesús y María. ¡Amén!
Las Doce Promesas del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque (mayo 1673) para aquellas almas devotas a su Corazón:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.
Oh Corazón Inmaculado de María, Reina del Cielo y de la Tierra, Madre de Misericordia y refugio de los pecadores.
Te consagramos todo lo que tenemos, amamos y somos. Tuyos son nuestros cuerpos, nuestros corazones y nuestras almas. Te consagramos todo lo que esta en nosotros y en todo el genero humano.
Nos comprometemos, Oh Corazón Inmaculado de María, a profesar valerosamente y en todo tiempo las verdades de nuestra fe.
Nos comprometemos a cumplir los mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia.
Queremos como Tù, conservar la virtud de la pureza. Queremos también expiar los pecados de los hombres.
Reina sobre nosotros, Oh dulce Reina.
Que por esta consagración estemos siempre, en las pruebas y en la prosperidad, en el dolor y en la alegría, en la enfermedad y en la salud, en la vida y en el momento de la muerte, bajo la protección constante de tu Inmaculado Corazón. Amen.
Letanías:
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, ten Misericordia de nosotros.
» formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, »
» unido sustancialmente al Verbo de Dios, »
» de infinita majestad, »
» templo santo de Dios, »
» tabernáculo del Altísimo, »
» casa de Dios y puerta del cielo, »
» horno ardiente de caridad, »
» santuario de la justicia y del amor, »
» lleno de bondad y de amor, »
» abismo de todas las virtudes, »
» digno de toda alabanza (Ps 18,4), »
» Rey y centro de todos los corazones, »
» en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia (Col 2,3), »
» en quien reside toda la plenitud de la divinidad (Col 2,9), »
» en quien el Padre se complace (Is 42,1; Mt 3,17), »
» de cuya plenitud todos hemos recibido (Jn 1,16), »
» deseado de los eternos collados (Gn 49,26 Vg), »
» paciente y lleno de misericordia, »
» generoso para todos los que te invocan, »
» fuente de vida y santidad, »
» propiciación por nuestros pecados (1Jn 2,2), »
» colmado de oprobios (Lm 3,20), »
» triturado por nuestros pecados (Is 53,5), »
» hecho obediente hasta la muerte (Ph 2,8), »
» traspasado por una lanza, »
» fuente de todo consuelo, »
» vida y resurrección nuestra (Jn 11,25), »
» paz y reconciliación nuestra, »
» víctima por los pecadores, »
» salvación de los que en ti esperan, »
» esperanza de los que en ti mueren, »
» delicia de todos los santos,
AMOR del Corazón de Jesús, Abrasad mi corazón.
BONDAD del Corazón de Jesús, Atraed mi corazón.
CARIDAD del Corazón de Jesús, Derramaos en mi corazón.
CELO del Corazón de Jesús, Devorad mi corazón.
CIENCIA del Corazón de Jesús, Enseñad a mi corazón.
CLEMENCIA del Corazón de Jesús, Consolad mi corazón.
DOMINIO del Corazón de Jesús, Sujetad mi corazón.
DULZURA del Corazón de Jesús, Penetrad mi corazón.
EQUIDAD del Corazón de Jesús, Reglad mi corazón.
ETERNIDAD del Corazón de Jesús, Llenad mi corazón.
FIDELIDAD del Corazón de Jesús, Proteged mi corazón.
FUERZA del Corazón de Jesús, Sostened mi corazón.
GLORIA del Corazón de Jesús, Ocupad mi corazón.
GRANDEZA del Corazón de Jesús, Confundid mi corazón.
HERMOSURA del Corazón de Jesús, Cautivad mi corazón.
HUMILDAD del Corazón de Jesús, Anonadad mi corazón.
INMUTABILIDAD del Corazón de Jesús, Fijad mi corazón.
JUSTICIA del Corazón de Jesús, No abandonéis mi corazón.
LIBERALIDAD del Corazón de Jesús, Enriqueced mi corazón.
LUZ del Corazón de Jesús, Iluminad mi corazón.
MISERICORDIA del Corazón de Jesús, Perdonad mi corazón.
OBEDIENCIA del Corazón de Jesús, Someted mi corazón.
PACIENCIA del Corazón de Jesús, No os canséis de mi corazón.
PODER del Corazón de Jesús, Asegurad mi corazón.
PRESENCIA del Corazón de Jesús, Aficionad mi corazón.
PROVIDENCIA del Corazón de Jesús, Velad sobre mi corazón.
REINO del Corazón de Jesús, Estableceos en mi corazón.
SABIDURÍA del Corazón de Jesús, Conducid mi corazón.
SANTIDAD del Corazón de Jesús, Purificad mi corazón.
SILENCIO del Corazón de Jesús, Hablad a mi corazón.
VOLUNTAD del Corazón de Jesús, Disponed de mi corazón.