DESAFÍO del matrimonio


Dificultad del matrimonio


Hna. Lucia de Fátima: « La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás se referirá al matrimonio y la familia. No tengáis miedo, porque cualquiera que actúe por la santidad del matrimonio y de la familia siempre será contendido y opuesto en todos los sentidos, porque este es el asunto decisivo. Sin embargo, Nuestra Señora ya ha aplastado su cabeza. »

El matrimonio cristiano es, como signo explicito, el Sacramento de la Santísima Trinidad, entonces es atacado por satanás que no soporta a la Trinidad y sus pequeños íconos que son las parejas fieles.
El día en que el Papa Juan Pablo II anunció la creación del Consejo Pontificio para la Familia y el Instituto Pontificio Juan Pablo II (13 05 1981), recibió un disparo en la Plaza de San Pedro.

A causa de las consecuencias del pecado original y de los pecados personales de cada uno (egoísmo, búsqueda del propio placer, dificultad de comunicación, repliegue sobre sí mismo, espíritu de dominio, juicio, discordia, cólera, infidelidad, celos, cobardia…), no es fácil,
Teniendo en cuenta la esperanza de vida actual, una pareja joven debe prepararse seriamente para pasar 16 000 tardes a solas con la misma persona.
Una alianza se celebra un día solo luego se mantiene todos los días (como un auto nuevo que funciona bien, o una hermosa planta que se recibe: se mantiene.)
Pregunta a tu conjunto regularmente: « ¿Qué puedo hacer para hacerte feliz? » Y hazlo (siempre y cuando se ajuste a tu conciencia ante Dios…).

La gracia del Sacramento supera todo ostaculo:
1Co 10,13 « No se te ha ocurrido ningún dificultad, la cual pasa la medida humana: Dios es fiel, no permitirá que te hagan la prueba en más allá de tu fuerza, pero con la tentación, te dará una salida y la fuerza para soportarla ».

10 trampas:

1. Manipulación emocional

2. Maternalismo/Paternalismo

3. Actitud enojada o agresiva

4. Sospecha y falta de confianza

5. Crítica negativa

6. Desacreditar al cónyuge en público

7. Codicia a otros hombres/mujeres y ingreso en un juego de seducción

8. Alimentar el rencor

9. Provocación

10. Envidia a otras parejas

4 riesgos: crítica, desprecio, actitud defensiva, clausura

– Causas de crisis:
* Espiral de no resolución de problemas: tendencia a confrontarse en los mismos problemas, cada vez con más frecuencia y sin solución.
* Insensibilidad de los cónyuges a una dificultad sufrida por el otro.
* Desaparición progresiva (si alguna vez existió) de comunicación cordial y amistad natural.
* Activismo, reducción del tiempo libre compartido y de tiempo gratuito
* Pérdida gradual de la comunión espiritual (disminución del tiempo de lectura y el intercambio de la Palabra, de oración en las parejas, la familia y / o la Iglesia).
* Pérdida gradual de respeto por el otro.
* Disminución de la calidad y frecuencia de la intimidad sexual, distancia y cierre gradual.
* Creciente resentimiento.
* Incapacidad y cansancio para enfrentar los enfrentamientos y las críticas
* Acusación estéril (sobre la fe común, los hijos, la historia común, los valores comunes, los bienes materiales…).
* Victimización (más o menos provocada) de quien acusa al otro
* Inercia en la solicitud de ayuda de un tercero, tratando de valerse por sí mismo…
* Persuasión creciente pero irracional de que nada puede cambiar.

– Posible salida:
Si la voluntad de cada uno de los cónyuges es sincera de un matrimonio vivido de acuerdo con el compromiso y la gracia del sacramento cada uno decide trabajar duro para detener el daño y reconstruir lo que ha sido dañado, pero no hay garantías en la confianza en Dios, la cual somos los cooperadores (1Co 3,9). Es esencial nunca imaginar que una persona es responsable de la crisis, y no considerar solo cómo eran las cosas (el pasado), sino sobre todo cómo serán.
Uno puede vivir el tiempo de la resurrección (a menudo algunos meses) apegándose a las siguientes 10 decisiones radicales:
1. reunión semanal de consejería matrimonial cristiana
2. rechazar cualquier relación física o sentimental extramatrimonial
3. enfocarse en resolver problemas prácticos estableciendo nuevas reglas (con la posible ayuda del consejero matrimonial)
4. esforzarse de cumplir todas estas promesas
5. Nunca más acusar y juzgar al otro en su corazón de los males de la pareja, pero reconocer el desaliento o el cansancio del que sufre y honestamente examinar sus propias responsabilidades
6. Nunca más critiques al otro (aparte de los tiempos de consejos conyugales hechos para exteriorizar todos los sentimientos), ya sea en público o en privado, incluso si fue cien veces peor, pero domar la decisión de mostrar lo más posible mansedumbre y paciencia.
7. pedir perdón simplemente por cada uno de los defectos pequeños (o grandes) reconocidos
8. organizar y llevar a cabo al menos una actividad semanal positiva (hobby común, tiempo libre)
9. agradecer al otro por todos sus pasos que nos harán felices y pacificados
10. permanecer fieles a la Palabra de Dios, a la oración diaria de pareja y a los sacramentos (Perdón y Eucaristía) porque Dios es la única fuente del amor verdadero.