Misericordia: 14 obras tradicionales


Las OBRAS de MISERICORDIA – Qué, porqué, como ?

QUÉ ES LA MISERICORDIA?
Amor que viene del interior y socorre.

Misericordia en los idiomas bíblicos:
Hebreo: hesed: ternura. Raham: entrañas
Griego: eleousa: óleo à sana, fortalece, consagra, da luz; es fruto de la agonía de Cristo en Getsemaní (que significa « prensa de aceite ». En relación con el Espíritu.
Latín/castellano: corazón sensible a la miseria

Lista tradicional de las obras de Misericordia
(Mt 25,31s; Catequismo de San Pio X, 5,4; Dt 34,6; ver CIC 2447)

     corporales

·        Dar de comer al hambriento
·        Dar de beber al sediento
·        Dar hospedaje al peregrino
·        Vestir al desnudo
·        Visitar y cuidar a los enfermos
·        Visitar a los presos
·        Enterrar a los muertos

         espirituales

·        Corregir al que se equivoca
·        Aconsejar al que lo necesita
·        Perdonar las injurias
·        Consolar al triste
·        Enseñar al que no sabe
·        Sufrir con paciencia los defectos del prójimo
·        Orar por los vivos y difuntos

Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf. Is 58,6-7; Hb 13,3).

El catequismo incluye la limosna hecha a los pobres (cf. Tb 4,5-11; Si 17,22).

Fuente de toda Misericordia: la esencia misma de Dios
La Palabra de Dios muestra que la Misericordia es el ser mismo de Dios, su carácter principal en su relación con nosotros:
Sal 78,38 es el centro geográfico de todos los versos del Antiguo Testamento judío: « Él, misericordioso! »
Esta misericordia es la mejor de las buenas noticias: Cristo perdona como respira!
El manto de su pasión evoca una toga de abogado.
Esta misericordia bien entendida y practicada es como un sinónimo del Cristianismo.
Es tan inconcebible que es la razón principal del escándalo por la pobre sabiduría humana, y según los Santos, es tan increíble que es la razón principal de la revuelta de los ángeles caídos.
Quien se deja acoger genuinamente por Jesucristo no recibe condenación (ver Rm 8,1) sino la gracia!
El principal obstáculo para la santidad y la felicidad es la falta de fe en la Misericordia.
El Evangelio invita al odio al pecado y a la compasión por el pecador; la ideología « moderna » muestra su complicidad con el pecado y su odio hacia el culpable (ver « linchamientos » de los medios).

Dios Padre a Santa Catalina de Siena,: « Te dije que quiero tener misericordia del mundo, mostrándote que la misericordia es mi sello distintivo. Fue por misericordia, fue por el amor inefable que tenía por el hombre, que envié el Verbo, mi único Hijo. » (Diálogos Ccl 15)
A.Louf: « Es perdonando, que Dios se da a conocer. »

La miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador, que la ha querido cargar sobre sí e identificarse con los `más pequeños de sus hermanos’.

 

PORQUÉ LAS OBRAS (DE MISERICORDIA Y OTRAS) SON NECESARIAS?
1. Dios lo manda
Ep 2,5 « Somos salvados por la gracia » y 1Co 3,9 « Somos co-operadores de Dios »
Os 6,6 « Quiero la misericordia! »
Lc 6,36 « Sean misericordiosos como su Padre Celestial es misericordioso. 37 No juzgues… no condenes… »
Dios “poderoso redentor” (Is 49,26) podría salvar al mundo sin ninguna de nuestras obras, pero ama tanto a sus criaturas que soberanamente quiso necesitarte y deberte algo.

En el Antiguo Testamento, toda una serie de medidas jurídicas (año jubilar, prohibición del préstamo a interés, retención de la prenda, obligación del diezmo, pago del jornalero, derecho de rebusca después de la vendimia y la siega) responden a la exhortación del Deuteronomio (Dt 15,11): « Ciertamente nunca faltarán pobres en este país; por esto te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra ».

2. No practicar las obras de Misericordia sería una injusticia: robar a Dios y al prójimo
El Catequismo coloca las obras de Misericordia (§2447) al interior del séptimo mandamiento (2401-2449): « No robes » -Ex 20,15-, que rechaza la acumulación y el gasto egoísta.
Significa que la Misericordia no es una libre obra de generosidad facultativa, sino una necesitad: no una opción, sino una obligación.

Fundamento bíblico:
Con Gn 1,28 « Dios bendijo a [Adam,] varón y mujer, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla », la Palabra de Dios mira al bien común y exige el respeto del destino universal de los bienes.
En Gn 2,17, viene ya la prohibición del robo (el fruto del árbol del conocimiento y del mal): hay cosas que son de Dios, para el bien de todos.
Después de la caída (pecado original), la tierra está repartida entre los hombres para dar seguridad a su vida, expuesta a las faltas y a la violencia: el derecho de propiedad privada es legítimo, para garantizar la libertad y la dignidad de las personas, y ayudar a cada uno a ser responsable de las necesidades fundamentales de su familia.
Pero de todo lo que tienes en esta vida, eres solo el administrador para para hacerlo fructificar, y Dios pedirá cuentas.
1Co 6,10 « Ni los ladrones, ni los avaros… ni los rapaces heredarán el Reino de Dios ».

Juan Crisóstomo: « No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y quitarles la vida. Lo que tenemos no son nuestros bienes, sino los suyos » (Laz. 1,6).
Gregorio Magno: « Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia » (past. 3,21).

3. Es parte del doble mandamiento del Amor (Mt 22,37.39): al prójimo como a Dios.
Como dos remos, dos alas, dos agujas de tejer o dos hilos de un cable eléctrico.
Viene de las dos esencias divina y humana en la persona de Cristo
Santa Rosa de Lima reprendida por su madre por atender en la casa a pobres y enfermos, le contestó: « Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús ».

4. Es nuestra responsabilidad después de la Ascensión
Jesús subió al Cielo para que no nos contentemos de dejarlo hacer todo, sino que sigamos nosotros su misión de Misericordia.
La Iglesia es la simple continuación del corazón, de las manos, de los pies, de los ojos, de las orejas y de la lengua de Cristo.

5. Revela Cristo al mundo: el Cristiano debe ser un otro Cristo misericordioso
Isaac el Sirio: « Un corazón misericordioso es un encendido del corazón para toda la Creación » (Hom 89).

6. El mundo está tan lleno de indiferencia, resentimiento y odio, que la responsabilidad de los Cristianos es compensar con un aumento de la misericordia.

7. Está en vista del ultimo Juicio
Juan de la Cruz: « A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios [mismo] quiere ser amado » (Avisos espirituales 60).

 

COMO PRACTICAR LA MISERICORDIA ?
1. Contemplarla en la Palabra y recibirla en los sacramentos y la oración, para poder compartirla
2. Imitar a las características de la Misericordia de Dios para nosotros:

Meditar Lc 10,25-37

1Co 13 4 « La [misericordia] es paciente,
ella está llena de bondad;
la [misericordia] no es envidiosa;
la [misericordia] no se jacta,
ella no está hinchada de orgullo,
5 ella no hace nada deshonesto,
ella no mira por su propio interés,
ella no se enoja,
ella no sospecha el mal, (2 versículos centrales /16)
 6 no se regocija en la injusticia,
pero ella se regocija en la Verdad;
7 ella disculpa todo,
ella cree todo,
ella lo espera todo,
ella aguanta todo.
8 La [misericordia] nunca cae/perece. »

Sin medida
Lm 3,22 « Las misericordias (hesdei) del Señor no están agotadas, sus compasiones (rahamyw) no tienen fin. »
Mt 18,21-22 « Señor, cuántas veces puede pecar mi hermano contra mí y debo perdonarlo? Hasta siete veces? 22 Jesús le respondió a Pedro: « No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces ».
Los charcos más sucios pueden reflejar el cielo; todo puede ser purificado.
El hombre se cansa de pecar más rápido que Dios para perdonar.
Francisco de Sales: « Dios puso límites al océano, pero dejó ilimitada su misericordia ».
Somos miserables, pero nunca demasiado, porque la Misericordia de Dios es siempre infinitamente mayor.

– Tan superabundante que Dios vino en persona para ofrecértela! Dios busca pecadores y « corre dietras de ellos » (Santo Cura de Ars)!
Lc 19,10 « El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido. »
En el Evangelio, Cristo se dirige con frecuencia a paganos y pecadores (centurión Lc 7,2; Samaritano Lc 10,33; « cojo y ciego » Lc 7:22; mujer pecadora Lc 7,37; Canaanita Mt 15; leproso samaritano Lc 17; publicano Lc 18,13; colaborador Zachée Lc 19;…)

Gratis
Ap 22,17 « Que venga el que tiene sed, que el que quiera reciba agua viva sin cargo. »
Dn 9,18 « No es por nuestras obras justas que difundimos nuestras súplicas delante de ti, sino por tus grandes misericordias. »
Dios te invita a pasar de un intercambio de toma y daca a una entrega gratuita, « sincera y desinteresada » (GS 24) de ti mismo.

Incondicional
Sal 103,8-14 « YHWH es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y lleno de amor; 9 su disputa no es hasta el final, su resentimiento no es para siempre; 10 Él no nos trata según nuestras faltas, no nos devuelve según nuestras ofensas. »
Jesús a Madre Yvonne-Aimée de Malestroit: « No distingo entre el inocente y el culpable, es el que me ama más que me agrada. »
Lc 15: El Padre no le hace ninguna pregunta al hijo pródigo.
Jn 6,37 « El que viene a mí, no lo rechazaré… 8,11 No te condeno, ve y no peques más! »
No hay nada que puedas hacer que haga que Dios te ame menos! Así tendríamos que amar al prójimo.

Isaac el Sirio: « Arroja tu capa sobre el hombre pecaminoso para cubrirlo… » Un corazón misericordioso es un encendido del corazón para toda la Creación. » (Sent. 115; Hom 89).
Madre Teresa: « Si juzgas a las personas, no tienes tiempo para amarlas. »
San Miguel Garicoïts te invita a amar con las tres R: « sin retraso, sin reserva y sin recupero« .
Beata Pauline Jaricot (fundadora de las OPM): « sin medida, sin remordimiento, sin interrupción y sin miedo »).

 

EJERCICIO: Que recomendamos para que todos nosotros cristianos practiquemos concretamente 1 obra de misericordia corporal y 1 obra espiritual ?

 

Mt 25,31-46 – Juicio final y obras de misericordia (C 1, Lunes)

Este pasaje es uno de los más exigentes del Evangelio. Constituye según Mateo las últimas palabras de Jesús antes de su Pasión.

El papa Francisco lo ha designado con las Bienaventuranzas (Mt 5,1-12) como « un excelente programa de vida » (21/08 2013). Puede ser un examen de conciencia para cada día.
El cristianismo no es un ideal demasiado difícil de comprender o de alcanzar, pero sobre todo la misericordia concreta para practicar.

Para recordar la importancia y el significado de estos actos de caridad, Madre Teresa hizo escribir en las casas de su congregación la cita: « A mí lo hiciste! ».

Al final de los tiempos, el Hijo del Hombre no te reprochará la lista y los detalles de tus pecados, sino que « separará » (connotación de Creación: el verbo « juzgar » no se usa en este texto) según el amor que hemos dado o nos hemos abstenido de dar. La moral cristiana no es de prohibición, sino de preocupación por los demás; no hay adquisición sino adopción (ven a « heredar » lo que fue destinado para ti como hijo o hija de Dios). El juicio final es como entrar al Shabbat, donde solo comes lo que has preparado antes, ya sea malo o muy bueno!

El texto griego habla de ovejas y cabras, pero en arameo y latín de « ovejas y machos cabríos« , siendo este último animal, además de su carácter lascivo, irascible e improductivo y su olor desagradable, asociado en esta época al ídolo grosero y obsceno de Pan, fácilmente asimilado por los judíos al demonio.

El texto muestra una asimetría: las ovejas son las “benditas de mi Padre” y el Reino está preparado para ellas. Pero los machos cabríos mismos sólo son « malditos », no por el Padre, sino indudablemente entre ellos mismos; el fuego eterno (literalmente: « de los siglos ») no fue preparado « para ellos » sino « para satanás »; y cuando tenemos en cuenta todas las Escrituras (Sab 1,13…), no por Dios sino por el mismo satanás.

Las ovejas son símbolos de entrega, porque proporcionan corderos, leche, lana y carne.

Jesús, él mismo « oveja entregada » (Is 53,7), realizó por nosotros las seis obras de misericordia. Son simbólicamente seis, porque el mandamiento es trabajar seis días (Ex 20,6), para ser cooperador (1Co 3,9) de Dios, Creador en seis días.

El juego de esta existencia no está en tus creencias íntimas, prácticas externas, proyectos vagos, pensamientos sobre la miseria del mundo, emociones sentidas frente a una pantalla, sentimientos deficientes, valores ideológicos (ni siquiera la sola operación humanitaria horizontal, y calculada), sino en la acción sincera y desinteresada para aliviar todo sufrimiento del prójimo.

Contra la objeción calumniosa de los paganos según la cual la religión es el opio del pueblo y la Iglesia habría solo hablado del más allá y descuidado la tierra, históricamente son los cristianos quienes han fundado y servido más concretamente. escuelas, universidades, hospitales, asilos, residencias de ancianos… Es tu turno de empezar!

 

Lc 10,25-37 – El buen samaritano

Jesús universaliza la noción de prójimo. El título tradicional de « buen samaritano » dado a este pasaje indica un oxímoron: « samaritano » se había convertido para algunos judíos en un insulto (Jn 8,48), y Eclesiástico 50,26 denunciaba así a « la gente estúpida que vive en Siquem ». El texto identifica aquí al enemigo (ver Lc 9,52-53) con el prójimo, a quien debemos « acercarnos » (v.36).

En ninguna parte el texto evoca una « parábola »: Jesús en realidad está hablando de un evento histórico; aparte de que el camino de Jerusalén a Jericó, propicio para las emboscadas, fue escenario de numerosos robos a lo largo de los siglos, « samaritano » significa etimológicamente « guardián », como el Señor de Israel (Sal 121,4). A través de la Encarnación, Dios mismo vino « de viaje » (v.33: « caminar ») para « tener misericordia » (v.37). Él se manifestó muy considerado hacia nosotros, como pocos viajeros: teniendo consigo todos los instrumentos de curación y salvación

Los artistas medievales de las catedrales de Bourges y Chartres no se equivocaron al representar así al « guardián misericordioso » bajo los rasgos habituales de Cristo. Antes de ver en este pasaje evangélico un texto moral, es bueno ver ante todo un anuncio cristocéntrico: Dios vino en persona para salvarnos (Is 35,4).

Cómo lo hizo? Tomando nuestros sufrimientos y nuestros dolores (Is 53,4), dejándonos « desnudar y herir » (v.30), en lugar de este hombre que le da la espalda a Jerusalén, la ciudad de santidad, para ir a Jericó, la ciudad más baja del mundo (- 330 m bajo el nivel del mar), símbolo de todas nuestras caídas, y quizás la más antigua (12 000 años), símbolo de la degeneración que estamos provocando (cf. Rm 6,6). Este descenso evoca la caída de Adán (dejado por muerto por los demonios) y la kénosis de Cristo.
El texto dice que él « se acercó », « vio » y « tuvo compasión » (splanchnizomai: « se le revolvieron las entrañas ») por nosotros.

Los Padres de la Iglesia asociaron el orden anormal de los cuidados -bandaje, luego aceite calmante y luego vino- con los tres sacramentos de la iniciación cristiana: vestido bautismal, unción de confirmación y Eucaristía.

Finalmente, devuelve a los pecadores a la posada (pandocheion: literalmente « acogida de todos »), sin calcular un límite en el precio a pagar, es decir, a la Iglesia. Dios ha abierto crédito ilimitado a los seres humanos a través de los miembros de la Iglesia.

Contempla, pues, a Cristo acudiendo en tu ayuda, y responde con tu vida a su conclusión: « Ve y haz lo mismo ». Amando de esta manera, estás permitiendo que Cristo crucificado te haga su prójimo, es decir, que te ame y te salve. Nos invita a cuidar de los demás sin contar, en la fidelidad, porque es Él mismo quien proveerá con su gracia. Lo que cuenta en el amor a Dios y al prójimo no es el pago de una deuda (el agraviado no tendrá que pagar él mismo la factura) sino la imitación en la Misericordia.