Combate espiritual
Mt 4: Jesús mismo después de su bautismo, como los judíos después del mar rojo
Lc 22,31 he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo.
Jb 7,1 La vida del hombre es un combate.
2Tm 2,3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.
1Tm 1,18 Milites por ellas la buena milicia, 19 manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos.
Jn 12,31 Ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.
Jn 16,33 En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Ap 2,7 Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida… 7 Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida.
P.Pio Cristo combate contigo y por ti.
S. Antonio: Toma las tentaciones, y nadie es salvado.
Humildad, victoria, A-patheia
3 adversarios:
– Viejo hombre Rm 6,6: philautia
Gn 8,21 el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud. Lm 5,17
Mc 7,21 De dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, adulterios fornicaciones, homicidios, 22 hurtos, avaricias, maldades, engaño, lascivia, envidia, maledicencia, soberbia, insensatez.
Rm 7,19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
Jc 1,14 Cada uno es tentado de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
S. Agustin: Se vences a ti mismo, vences al mundo con Cristo.
– espíritu del mundo
Jc 1,14 cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
1Jn 2,15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
– demonio
Ap 12,12 el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo… 17 el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de JC.
Evagrio (+399) y Casiano (+435). 8 pensamientos genéricos del irascible y del concupiscente:
– del cuerpo:
* gula (gastromargia: exceso en comer y beber) vs auto-control (egkrateia)
* lujuria (porneia) vs templanza (sofrosune)
* avaricia (philarguria) vs desprendimiento (aktemosune)
– del alma sensible:
* tristeza (lupe) vs alegría (chara)
* ira (orge) vs dulzor (makrothumia)
* pereza (o disgusto por la vida espiritual, acedia) (akèdia) vs paciencia (upomone)
– Dos mas grandes y difíciles:
* vanagloria (kenodoxia) vs pudor (akenodoxia)
* orgullo (uperêfania – « mirar por encima ») vs humildad (tapeinofrosune)
Refutación de los demonios por la autoridad de la Palabra de Dios
1S 17:45 (Dijo David al filisteo) Tú vienes a mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre de YHWH de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has provocado. 46 YHWH te entregará hoy en mimano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza; y daré hoy los cuerpos de losfilisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra: y sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel. 47 Y sabrá toda esta congregación que YHWH no salva con espada y lanza; porquede YHWH es la batalla, y Él os entregará en nuestras manos.
1R 21:3 (Nabota Acab) Guárdeme YHWH de que yote dé a ti la heredad de mis padres.
Mi 7:8 No te alegres de mí, oh enemiga mía, porque aunque caí, me volveré a levantar; aunque more en tinieblas, YHWH será miluz.
Ps 6:8 Apartaos de mí, todos los obradores de iniquidad; porque YHWHha oído la voz de mi lloro.9YHWH ha oído mi ruego; ha recibido YHWH mi oración. 10 Sean avergonzados y muy aterrados todos mis enemigos; que se vuelvan y súbitamente sean avergonzados.
Ps 52:4 Has amado toda palabra perniciosa, oh lengua engañosa.
5 Por tanto Dios te derribará para siempre; te asolará y te arrancará de tu morada, y te desarraigará de la tierra de los vivientes.
Ps 68:1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen.
2 Como es lanzado el humo, los lanzarás; como se derrite la cera delante del fuego, así perecerán los impíos delante de Dios.
Ps 124:8 Nuestro socorro está en el nombre de YHWH, que hizo los cielos y la tierra.
Dn 4:31 El reino ha sido quitado de ti; 32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere.
Is 8:9 Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados; disponeos, y seréis quebrantados.
10 Tomad consejo, y será anulado; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros.
2Co 5:17 Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2Co 10:4 Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo!
Dn 13:55 En verdad, tu mentira te caiga en la cabeza: el ángel de Dios ya recibió de él tu sentencia y bien a aplastarte en el medio… 59 En verdad, tu mentira cae sobre tu cabeza: Aquí el ángel de Dios te está esperando, espada en mano, para cortarte por la mitad, para acabar con usted!
Qo 9:4 hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo!
Mt 4:10 Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
Lc 10:18 Jesús dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo!
Lc 4:35 Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él!
Mt 25:41 Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Ju 1:9 (El arcángel Miguel dijo al diablo): El Señor te reprenda.
Ap 20:10 El diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
Rm 16:20 El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
Mt 10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Plegarias de liberación catolicas
Oraciones contra el maleficio (del ritual griego)
Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos, omnipotente y todopoderoso, tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu sola voluntad; tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno siete veces más ardiente y que protegiste y salvaste a tus tres santos jóvenes; tú que eres doctor y médico de nuestras almas; tú que eres la salvación de aquellos que se dirigen a ti, te pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda potencia diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre tu siervo… haz que, en cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad; tú, Señor, que amas a los hombres, extiende tus manos poderosas y tus brazos altísimos y potentes y ven a socorrer y visita esta imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector del alma y el cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada, todo envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo que debajo de ti tu suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor del mal porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios, mi fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la paz, padre de los siglos futuros”. Sí Señor Dios nuestro, ten compasión de tu imagen y salva a tu siervo… de todo daño o amenaza procedente de maleficio, y protégelo poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que bendita, gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los resplandecientes arcángeles y de todos sus santos. ¡Amén!
Oración contra todo mal
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.
Oración por la curación interior
Señor Jesús, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor, todas esas heridas íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas. Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!
Plegaria de liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de desorden en la sexualidad , nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
De la división de la familia, de toda amistad mala: Líbranos, oh Señor.
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y de cualquier mal oculto, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen María concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor. ¡Amén!
Oración de liberación (Monseñor Morales)
Señor nuestro Jesucristo te adoro, te alabo, te bendigo, gracias por tu infinito amor por el que te has hecho uno de nosotros naciendo de la Virgen María y por el que subiste a la Cruz para dar tu vida por nosotros.
Gracias por tu sangre preciosísima con que nos has redimido.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus sacratísimas sienes traspasadas por espinas: cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu hombro y espalda llagados por la Cruz a cuestas: »
Con tu sangre preciosísima brotada de tu costado abierto por la lanza: »
Con tu sangre preciosísima brotada de tus pies y de tus manos traspasados por los clavos: »
Con tu sangre preciosísima brotada de todo tu cuerpo llagado por los azotes: »
Tres veces Gloria
Amén, Amén, Amén.
Señor, el demonio anda « como león rugiente buscando a quien devorar » (1Pe 5,8).
No queremos caer en sus garras. Líbranos del mal.
Líbranos del tentador, de sus seducciones y de sus engaños, no dejes que siembre la cizaña del mal en nuestras vidas.
Líbranos del orgullo, del amor propio y la autosuficiencia.
Líbranos de la idolatría y la vanidad, de toda forma de egoísmo, de ponernos al centro de nuestros pensamientos e intereses.
Líbranos de ser esclavos de la opinión de los demás, de la cobardía, del respeto humano y de todo aquello que condicione nuestra autenticidad cristiana.
Líbranos de cuanto nos esclaviza sin que nos demos cuenta.
Líbranos de los malos sentimientos, del rencor, del odio, del deseo de venganza.
Líbranos de cualquier ambición o atadura que nos robe la paz.
Queremos aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Líbranos de los apegos que nos impiden volar hasta ti.
Aleja de nosotros toda turbación, angustia, tristeza u obsesión.
Líbranos de las fuerzas del mal, de los maleficios, de las brujerías, de la infestación diabólica.
Queremos estar siempre en tus brazos y nunca bajo el poder de Satanás.
¡Queremos ser libres, Señor! ¡Queremos ser tuyos, sólo tuyos!
Queremos despojarnos del hombre viejo y que nos revistas del hombre nuevo a través de la gracia que nos regalas en los Sacramentos.
Tenemos la certeza de que si tú estás con nosotros, nadie podrá contra nosotros (cfr Rm 8, 31)
Por eso hacemos esta oración llenos de confianza en Ti: Tú has vencido al mundo (cfr. Jn 16,33)
Todo lo podemos en ti que nos das fuerza (cfr Fil, 4,13)
Por los méritos de la pasión, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo,
te pedimos, Padre, que nos libres del maligno ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Oración a San Miguel Arcángel
(compuesta por Su Santidad León XIII, como exorcismo para la protección de la Iglesia)
San Miguel ArcángelSan Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, te pedimos suplicantes. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el Divino Poder a satanás y a todos los espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
Amén
Oración exorcista de San Benito
La Santa Cruz sea mi Luz
no sea el demonio mi guía
retírate satanás
no me aconsejes cosas vanas
son malas las cosas que brindas
bebe tú ese veneno.
Escudo de San Patricio (oración exorcista)
Me envuelvo hoy día y ato a mi una fuerza poderosa, la invocación de la Trinidad, la fe en las Tres Personas, la confesión en la unidad de Creador del Universo.
Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza del Cristo con su Bautismo, la fuerza de su crucifixión y entierro, la fuerza de su resurrección y ascensión, la fuerza de su regreso para el Juicio de Eternidad.
Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza del amor de los querubines, la obediencia de los ángeles, el servicio de los arcángeles, la esperanza de la resurrección para el premio, las oraciones de los patriarcas, las profecías de los profetas, las predicaciones de los apóstoles,
la fe de los mártires, la inocencia de las santas vírgenes y las buenas obras de los confesores.
Me envuelvo hoy día y ato a mi el poder del Cielo, la luz del sol, el brillo de la luna, el resplandor del fuego, la velocidad del rayo, la rapidez del viento, la profundidad del mar, la firmeza de la tierra, la solidez de la roca.
Me envuelvo hoy día y ato a mi la fuerza de DIOS para orientarme, el poder de DIOS para sostenerme, la sabiduría de DIOS para guiarme, el ojo de DIOS para prevenirme, el oído de DIOS para escucharme, la palabra de DIOS para apoyarme, la mano de DIOS para defenderme, el camino de DIOS para recibir mis pasos, el escudo de DIOS para protegerme, los ejércitos de DIOS para darme seguridad
contra las trampas de los demonios
contra las tentaciones de los vicios
contra las inclinaciones de la naturaleza
contra todos aquellos que desean el mal de lejos y de cerca, estando yo solo o en la multitud.
Convoco hoy día a todas esas fuerzas poderosas, que están entre mi y esos males,
contra las encantaciones de los falsos profetas,
contra las leyes negras del paganismo,
contra las leyes falsas de los herejes,
contra la astucia de la idolatría,
contra los conjuros de brujas, brujos y magos
contra la curiosidad que daña el cuerpo y el alma del hombre.
Invoco a Cristo que me proteja hoy día del veneno, el incendio, el ahogo, las heridas, para que pueda alcanzar yo abundancia de premio.
Cristo conmigo, Cristo delante de mi, Cristo detrás de mi, Cristo en mi, Cristo bajo mi, Cristo sobre mi, Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo alrededor de mi. Cristo en la anchura, Cristo en la longitud, Cristo en la altura, Cristo en la profundidad de mi corazón. Cristo en el corazón y la mente de todos los hombres que piensan en mi, Cristo en la boca de todos los que hablan de mi, Cristo en todo ojo que me ve, Cristo en todo oído que me escucha.
Me envuelvo hoy día en una fuerza poderosa, la invocación de la Trinidad, la fe en las Tres Personas, la confesión de la unidad del Creador del Universo.
Del Señor es la salvación, del Señor es la salvación, De Cristo es la salvación.
Tu salvación Señor esté siempre con nosotros.
Amén
Oración por los enfermos
Omnipotente y sempiterno Dios, Salud de los que en Ti creen y esperan, escucha las oraciones que te hacemos por nuestros enfermos, y, por intercesión de la Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa, concede vida abundante a sus almas y devuélveles, según tu beneplácito, la salud del cuerpo. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Ave María Purísima, Sin Pecado Concebida.
Oración de abandono o entrega
Padre celestial en tus manos, me pongo haz de mí lo que tú quieras.
Y por todo lo que hagas por mi yo te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo y lo acepto todo con tal que tu voluntad se cumpla en mi y en todas tus criaturas. No deseo nada más , Dios mío.
Pongo mi alma entre tus manos.
Te la doy, con todo el amor de mi corazón porque es una necesidad de amor el darme, el entregarme entre tus manos, sin medida, con confianza infinita, porque tú eres mi padre.
Amén
Coloco ahora la sangre de Jesús entre todo mal y yo _______
Coloco ahora la sangre de Jesús entre todo mal y mi familia ____
Y declaro que somos victoriosos contra el demonio y sus obras por el poder de la sangre de jesus. Amen aleluya gloria y honor a ti Jesús. Amén
Sellamiento con la sangre de Cristo
Padre celestial, en unión con el Espiritu Santo pido que el poder de la sangre preciosa de jesús me cubra, selle, guarde, proteja, sane, libere, guarde, y me de vida en abundancia en todo mi ser, en mi familia, mi historia, mis bienes, las personas que dispones a mi lado, tu voluntad sobre mi vida, mi trabajo, mi estudio y mi vida social, los lugares en que vivo y visto y la creación entera. Tu sangre preciosa me libre de las tentaciones y de todo mal. Ahora y en la hora de mi muerte.
Amen
Oración de protección
Yo (dí tu nombre completo) con la Sangre preciosa de Jesús, protejo y sello todo mi ser, interior y exteriormente, deposito en el Corazón Inmaculado de la Virgen María, todo mi haber y poseer; para que ni en el presente, ni en ningún momento futuro, lleguen a ellos daños por venganzas de lo oculto.
En el nombre de Jesús, queda prohibida toda acción e interacción, toda comunicación e intercomunicación espiritual. Invoco la presencia de los ángeles, arcángeles (Miguel, Gabriel y Rafael), principados, virtudes, potestades, dominaciones, querubines, serafines y tronos de Dios; para que sean ellos quienes lleven a cabo esta batalla contra el mal. Pido la ayuda de la comunión de los santos.
Amén, amén, amén.
Oración de perdón
En el nombre de Jesucristo, yo (dí tu nombre completo) perdono a: (dí el nombre de la persona a la que vas a perdonar).
Te perdono por toda ofensa, humillación, envidia, maldición y rechazo.
Te perdono por los pleitos, insultos, abandonos, golpes y rencores. Te perdono por tu alcoholismo, por las infidelidades y mentiras.
Te perdono por no cumplir lo prometido, por tus chismes y calumnias.
Te perdono por toda falta de amor, consideración y caridad.
(Respira profundamente y menciona todo lo que tengas que sentir de la persona que estás perdonando).
En el Nombre de Jesús: yo te perdono, en el Corazón de Jesús: yo te perdono, en la Misericordia de Jesús: yo te perdono, te bendigo y desato todo lazo de rencor entre tú y yo.
Delante de Dios te declaro inocente y libre, ya no me debes nada, le pido a Jesús que te ame profundamente, te llene de paz y se manifieste en ti con abundancia de bienes espirituales y materiales.
Amén, amén, amén.
Oración por los antepasados
Padre Dios, en nombre de Jesús, te pido que por los méritos y virtudes de Sus Santas Llagas, sean lavados por Su Sangre todos los efectos, causas, consecuencias y atributos de las faltas de mis antepasados que no fueron reparadas y que todavía pesan sobre mi en forma de debilidades o tendencias hacia esos mismos errores y pecados. Te pido perdón en su nombre por haberse burlado o renegado de los sacramentos de la Santa Iglesia, siendo bautizados, o por insultos y negaciones hechos a Tu Santa Trinidad, te pido perdón por toda infidelidad y desconfianza hacia ti. Pido perdón en su nombre por los daños que mis antepasados causaron a la familia, al matrimonio, a la sociedad, a Tu creación.
En nombre de Jesús, te ruego que Tu amor repare las injusticias que cometieron en contra de todas las personas, instituciones, pueblos o naciones y en sus descendientes.
Que por intercesión de la Inmaculada Concepción de María nos concedas la sanación a partir del instante de nuestra concepción, la de mis antepasados y la de mi descendencia.
Que Tu Espíritu Santo me inspire todos los días de mi vida para hacer obras de caridad y servicio.
Pido que Tu Misericordia alcance a los que ya han muerto, para que descansen en paz junto a ti y para los que aún vivan, tu Espíritu Santo los convenza de sus errores dándoles la gracia del arrepentimiento.
Amén, amén, amén.
Oración de renuncia y liberación
En tu nombre Jesucristo, yo (dí tu nombre completo) de manera personal y a nombre de mis antepasados.
Renuncio a satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras.
Renuncio a toda práctica de brujería, magia blanca, negra, de cualquier color, santería, hechicería o vudú.
Renuncio a toda limpia con huevo, yerbas, bálsamos, vino, sangre o fuego.
Renuncio a todo pacto, reto, sello, alianza o consagración al demonio; a conjuros, perjuros, maleficios e invocaciones diabólicas.
Renuncio a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento, codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito.
Renuncio a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría.
Renuncio a todo rito de iniciación chamánica, espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o sociedad secreta.
Renuncio a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la re-encarnación, esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana o con otras substancias con fines mágicos.
Renuncio a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto, violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución. A todo lo que yo u otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar mi sexualidad.
En el nombre de Jesucristo, renuncio al culto y veneración a la llamada “santa muerte” o al vampirismo, a todo encantamiento, invocación y evocación de muertos, a espíritus custodios, guardianes, cósmicos, protectores, espías, vigilantes, a seres espirituales nombrados “maestros de sabiduría”, o a cualquier otro ser maléfico en forma oculta o manifiesta.
Renuncio a todo acto o juego de mediumnidad, a la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a instrumentos para encontrar “tesoros ocultos” o dinero enterrado.
Renuncio también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales.
Renuncio a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos, imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos, imágenes de santos mezcladas con tierra de panteón, velas y veladoras de colores “curadas”, fetiches y representaciones de mi persona de cualquier material y forma que se encuentren enterrados o sean manipulados por mí mismo u otras personas.
Renuncio a toda forma equivocada de “medicina alternativa” que bajo engaños haya ritualizado mi ser al demonio.
En el nombre de Jesús, renuncio a toda comida o bebida mezclada con brujería que haya yo ingerido, y a todo lo que haya sido tirado, rociado o untado en mi cuerpo, ropa, zapatos, casa, trabajo, negocio o cualquier pertenencia u objeto que esté cercano a mí, que haya sido maldecido o consagrado al mal.
En el nombre de Jesucristo denuncio, renuncio y echo fuera de mí a todo espíritu de traición, destrucción, muerte, esclavitud, ausencia de Dios, miseria, mendicidad, soltería, infelicidad matrimonial, viudez, orfandad, amargura, envejecimiento o muerte prematura, persecución, problemas con las leyes o la justicia humana, esterilidad, humillación, rechazo, insomnio, deseos de suicidio, aislamiento, locura, soledad, neurosis, depresión, obsesión, miedo, angustia, debilidad, enfermedades crónicas, invalidez, ceguera, sordera, mudez, falta de olfato, imposibilidad de saborear la comida, insensibilidad, celos, inconformidad, incapacidad para vivir, conseguir o conservar un trabajo, una pareja, un matrimonio o una familia.
En el nombre de Jesús denuncio, renuncio y echo fuera de mí todo espíritu de alcoholismo o de cualquier otra adicción, de mal carácter, de falta de memoria, de falta de control y dominio de mi ser, irrealidad, inconsciencia, envidia, abandono, gula, suciedad, desorden, malos olores crónicos en mi cuerpo, ropa o casa, de falta de fe, esperanza y caridad, de falta de interés en la vida, de desprecio a la eucaristía y de aborrecimiento o flojera para tener vida de oración. Corto, destruyo y nulifico los medios a través de los cuales fueron hechos los daños antes mencionados, si fueron veladoras, fotos, ropa, tijeras, agujas, fetiches, entierros, lo que haya sido.
Renuncio a lo que en forma consciente o inconsciente haya yo hecho o haya sido hecho por otra persona en mi nombre para obtener poderes, dinero, éxito, buena suerte o pretender saber el futuro, o bien para conseguir el amor y la salud propios o ajenos, o tener dominio y control sobre personas, objetos, animales, lugares, espíritus y fuerzas de la naturaleza.
Nulifico los efectos de cualquier práctica contraria al compromiso adquirido a través de mi bautismo, de fidelidad y reconocimiento a Jesucristo como mi único Salvador, a los Sacramentos, a la Virgen María y a la iglesia católica.
A lo que impida el ejercicio de mi sentido común, capacidad de juicio, entendimiento y voluntad.
Echo fuera de mí todo aquello con lo que haya intentado sustituir el amor y la confianza de Jesús. Renuncio al rechazo de mis padres desde el instante de mi concepción y durante mi vida en el seno materno. Renuncio al mal que me causaron por intentar abortarme: con yerbas, sustancias químicas o con objetos punzo cortantes. Renuncio a todo el rencor que tengo si fui dado en adopción o abandonado sin haber conocido a mis padres biológicos o a maldiciones recibidas durante mi gestación.
Nulifico por las llagas de Jesús todo mandato de fracaso, muerte en vida y suicidio que hay en mí por estas causas, la incapacidad para aceptar el amor de Dios, para aceptarme a mí mismo o a las personas, para estudiar, trabajar y ser feliz.
Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, el respeto y la dignidad que como templo del Espíritu Santo, necesita todo mi ser y que esté impidiendo relacionarme con Dios, conmigo mismo (a), con mi entorno en una forma sana, tener una familia unida y un trabajo digno y bien remunerado.
Porque Jesucristo se manifestó para deshacer las obras del diablo: habiendo denunciado, renunciado y echado fuera de mí todos los espíritus del mal, los envío atados y amordazados a los pies de la Santa Cruz y les prohíbo regresar.
Habiendo nulificado todos los efectos, causas y consecuencias, tomo autoridad, en el nombre de Jesús, para que caigan todos los bloqueos, tinieblas y barrer, las que satanás construyó a mi alrededor y le ordenó a todo ser demoníaco que despojó a mi familia o a mí mismo (a), que nos devuelva, lo que nos quitó.
Padre Santo, te lo ruego, sana toda mi vida, toda mi historia personal, perdóname, ayúdame, libérame, bendíceme.
Padre Dios, acepto que Tú seas mi Padre, Jesucristo mi Hermano, la Virgen María mi Madre, porque hoy, yo (dí tu nombre completo) les pertenezco para siempre.
A través de Tu Santo Espíritu, guíame para la reparación de todas las faltas que cometí y enséñame a amar Tu Voluntad. Gracias Padre.
Amén, amén, amén
Oración para sellar la sanación
Con el dedo pulgar de la mano derecha haz el signo de la Cruz en tu frente y repite con nosotros:
Con la Sangre Preciosa de Jesús, sello esta sanación que Tú Padre Dios acabas de hacer en mí, para que no vuelvan más estos males y espíritus a mi vida, ni en número de uno, ni en ningún otro número, ni de la misma naturaleza, ni de naturaleza parecida.
Te ruego Padre Dios que el Espíritu Santo ocupe todo mi ser y restaure las virtudes que estos males han destruido en mí.
Desato en mi todos los dones y frutos de Tu Santo Espíritu.
Envíame tus ángeles administradores de paz, unidad, salud y prosperidad.
Espíritu Santo de Dios recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, dígnate ser en adelante mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el amor de mi corazón.
Amén, amén, amén.
Oración de bendición
Nuestro Señor Jesucristo que nos amó con un amor tan desmedidamente grande y que fue puesto sobre la Cruz de madera y condenado a la muerte más amarga: lave y bendiga tu alma con Su Sangre preciosa, en recuerdo del sufrimiento con el que pagó por ti, a fin de que tu amor arda para él. Que ese poderoso fuego de amor consuma todos tus pecados y te conceda reposar sobre Su Bendito Brazo, donde todos los santos reposan. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén, amén, amén.
Oración contra todo mal
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso, descended sobre mí.
Fúndeme, Señor, modélame, lléname de ti, utilízame.
Expulsa de mi todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica y la obsesión diabólica; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por intermedio de la virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por san Miguel arcángel, por san Gabriel, por san Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.
Oración de sanación interior
Señor Jesús, Tú has venido a curar
los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas que provocan
turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures
aquellos que son causa de pecado.
Te pido que entres en mi vida,
que me cures de los traumas psíquicos
que me han afectado en tierna edad
y de aquellas heridas que me los han provocado
a lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,
los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en Tu Corazón,
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos,
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido
me haga permanecer en el dolor, en la angustia,
en la preocupación.
Cura, Señor,
Todas esas heridas que, en mi vida,
han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar
a todas las personas que me han ofendido,
mira esas heridas interiores
que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos,
cura mi corazón.
Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas
que son causa de enfermedades físicas.
Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame
los sentimientos de Tu Corazón Divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor,
la curación del dolor que me oprime
por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo autentico
de Tu Resurrección,
de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,
de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.
Amén.
Plegaria de liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre,
nosotros te rogamos, por la intercesión de María
y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel,
que nuestros hermanos y hermanas
sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, santos, venid todos en nuestra ayuda.
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, nosotros te rogamos: Líbranos, oh Señor.
Del odio, la fornicación y la envidia, »
De los pensamientos de celos, de rabia y de muerte, »
De todo pensamiento de suicidio y de aborto, »
De toda forma de sexualidad mala, »
De la división de la familia, de toda amistad mala, »
De toda forma de maleficio, de hechizo, de brujería y cualquier mal oculto, »
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”,
por la intercesión de la Virgen Maria
concédenos ser liberados de toda maldición
y gozar siempre de tu paz.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Oración de la sangre de Cristo
Señor Jesús, en tu nombre
y con el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego,
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno,
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno.
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen
acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan (nombrar a cada una de ellas),
las personas que el Señor enviará a ella,
así como los alimentos y los bienes que Él generosamente nos envía para nuestro sustento.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar
(nombrar a cada una de ellas).
Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires,
las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.
Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido salvados y somos preservados
de todo lo malo.
Oración por los enfermos (Padre Emiliano Tardif)
Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado.
Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar y en cada uno de nosotros.
Te alabamos y te adoramos. Te damos gracias Señor, por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del Cielo.
Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú eres, Señor la salud de los enfermos.
Hoy te queremos presentar a todos los enfermos que están aquí, porque para ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio.
Tú eres el eterno presente y tu lo conoces.
Ahora, Señor, te pedimos que tengas compasión de ellos.
Visítalos a través de tu Evangelio proclamado en la Santa Biblia, para que todos reconozcan que tu estás vivo en tu Iglesia de hoy;
y que se renueve su fe y su confianza en ti. Te lo suplicamos Jesús.
Ten compasión de los que sufren en su cuerpo, de los que sufren en su corazón y de los que sufren en su alma que están orando y viendo los
testimonios de lo que Tú estás haciendo por tu Espíritu Renovador en el mundo entero.
Ten compasión de ellos, Señor.
Desde ahora te pedimos. Bendícelos a todos y haz que muchos vuelvan a encontrar la salud, que su fe crezca y se vayan abriendo a las maravillas
de tu amor, para que también ellos sean testigos de tu poder y de tu compasión.
Te lo pedimos Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre.
Sánalos Señor. Sánalos en su cuerpo, Sánalos en su corazón, Sánalos en su alma.
Dales vida y vida en abundancia, Te lo pedimos por intercesión de María Santísima, tu Madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos distes por madre.
Tú nos has revelado que ya has tomado sobre ti todas nuestras dolencias y por tu santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presentamos en fe todos los enfermos que nos han pedido oración y te pedimos que los alivies en su enfermedad y que les des la salud.
Te pedimos por la gloria del Padre del Cielo, que sanes a los enfermos.
Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para la gloria de tu Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pedimos Jesús, porque tú eres Jesús.
Tú eres el buen pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estamos tan seguros de tu amor, que aún antes de conocer el resultado de nuestra oración, en fe te decimos Jesús por lo que tu vas hacer en cada uno de ellos.
Gracias por los enfermos que tu estás sanando ahora, que tu estás visitando con tu misericordia.
Que lo cubras de tu sangre divina, y que a través de este mensaje tu corazón de buen pastor hable a los corazones de tantos enfermos que te invocan.
Gloria y alabanza a ti, Señor. Amén.
Oración de los padres por la liberación de sus hijos:
Padre Celestial, invoco toda la autoridad que me has dado como cónyuge y padre
y levanto cualquier maldición, hechizo, sello, maleficio, vex, consagración, vudú, o cualquier acción oculta o cualquier mal
que me afecte a mí o a mi cónyuge o a mi niños que son menores de edad.
En el nombre de Jesús, echo fuera todos los espíritus malignos que nos hacen daño.
¡En el nombre de Jesús, los rechazo, los reprendo, los renuncio y los expulso!
Por mis hijos adultos, te suplico Padre celestial que escuches la súplica de un padre y los liberes de cualquiera de estas acciones ocultas o de cualquier maldad,
y eches fuera todos los malos espíritus.
Padre, te suplico que envíes un espíritu de unidad y paz a mi familia.
Sana las divisiones en nuestra familia; que aquellos miembros de la familia que están distanciados entre sí se reconcilien en el perdón y el amor.
Que vivamos juntos en tu paz.
Oro por gracias curativas especiales para cada uno de nosotros.
Sana las heridas que nos atormentan,
sana cualquier depresión, ansiedad, miedos, compulsiones, adicciones, ira, resentimientos y todas y cada una de las enfermedades mentales y físicas.
Restáuranos a la salud completa. Especialmente pido la siguiente gracia específica para mi familia, si es tu santa voluntad(aquí menciona la intención específica en silencio o en voz alta) .
Sobre todo, infunde en nuestros corazones el don de la fe, confiando siempre en ti.
Haz volver a cualquiera de nosotros que nos hemos desviado de la fe.
Que estemos completamente protegidos de todo daño y maldad por el Escudo de la Fe y la Espada de la Verdad.
Hago esta oración de padres en el santo nombre de Jesús
rogando la poderosa intercesión de la Sagrada Familia con la Virgen María y San José, y todos los santos. Amén.
Oración del exorcista Duarte Lara:
Santo Padre, te alabo y te bendigo por tu bondad y tu amor.
Te pido en el Nombre de Jesús, tu amado Hijo, mi Señor y Salvador,
que envíes tu Espíritu Santo sobre mí con todos sus frutos y dones.
Santifica mi cuerpo y mi alma con tu presencia.
Concédeme una fuerte fe en ti y en tu palabra.
Dame la gracia de amarte con todo mi corazón
y ponerte en primer lugar en mi vida,
renunciando a todos mis ídolos, vicios, pecados y defectos.
En tu infinita Misericordia, ten compasión de mí que soy un pecador
y perdona mis faltas.
También perdono con todo mi corazón
a todos aquellos que me ofendieron durante mi vida.
Líbrame de todas las trampas y ataques del enemigo.
Que él no tenga ningún dominio sobre mí.
Líbrame de las seducciones del mundo
que me alejan de ti y de tu voluntad.
Líbrame de las debilidades de la carne que me empujan al pecado.
Cura mi cuerpo de todas las enfermedades
y mi mente de toda ansiedad, tristeza o perturbación.
Sabes bien que muchas cosas que he experimentado
desde el día en que fui concebido en el útero de mi madre
me han marcado negativamente.
Con la gracia del Espíritu Santo, sana ahora, Santo Padre,
en mi corazón todas las heridas que encuentres en él,
especialmente aquellas que surgieron,
porque me sentí rechazado/a, abandonado/a, no amado/a o entendido/a,
víctima del odio, la envidia, la indiferencia y la maldad de los hombres.
Dame un corazón nuevo, como el Corazón de Jesús:
amable, humilde, lleno de alegría y paz y rebosante de amor.
Que pueda comenzar una nueva vida hoy,
darle Gloria en todo lo que pienso, digo y hago,
y en esta peregrinación sea acompañado/a y ayudado/a por ti, María, mi querida Madre,
y todos tus ángeles y santos. Amén